La galaxia comunicativa (2): códigos y lenguajes
Un perro sabe como infundir miedo arrugando sus labios para enseñar su dentadura, sabe ser insistente ladrando para avisar y alertar y sabe hipnotizar al amo humano de su manada —del que conoce su poder pero también sus debilidades— con gestos faciales suplicantes para obtener alimento. El morse son sonidos cortos y largos, o haces de luz cortos y largos, o movimientos de cejas cortos y largos: en la era de la tecnología todavía podría salvarnos la vida. Con humo pueden enviarse mensajes sencillos, pero no podríamos recitar Shakespeare manteando una hoguera. Con combinaciones de letras, sonidos, luces, colores o banderolas pueden articularse enunciados de cierta complejidad, o asociarse significados en repertorios semánticos de fácil uso, a veces estáticos y otras apoyados en movimientos: nada menos que la navegación aérea y la marítima siguen usando esos sistemas. Y la mímica no solo es teatro: es comunicación en toda regla, el modo de hablar sin usar la lengua. Y, por supuesto, para cotillear, dar noticias o recitar Shakespeare, tenemos las lenguas, el modo de transmitir los mensajes más complejos. Códigos y lenguajes. Materia prima, manufactura e ingeniería.